Unidad Prevención Neurológica, Cardiológica y Vascular

El cerebro es un órgano que va perdiendo actividad y rapidez en relación con la edad y otras múltiples situaciones como los factores de riesgo cerebrovasculares (hipertensión, colesterol, diabetes, tabaco...), la falta de descanso adecuado, la pérdida de actividad física, intelectual y social, las alteraciones afectivas tipo la ansiedad o la depresión, o una dieta inadecuada. Es por eso, que hemos creado la Unidad de Prevención Neurológica donde te ayudamos a evitar el deterioro cognitivo, el envejecimiento cerebral y sus patologías asociadas analizando de forma individualizada y multidisciplinar la mejor forma para incrementar la actividad de tu cerebro y prevenir las enfermedades neurodegenerativas y cerebrovasculares. Nos apoyamos en entrenamientos cerebrales específicos diseñados para cada persona.

La Unidad de Prevención Neurológica ofrece servicios de diagnóstico y tratamiento a pacientes con enfermedades del sistema nervioso como el Alzheimer, el Parkinson, los accidentes cerebrovasculares o la esclerosis múltiple, entre otras. También ofrece servicios de prevención a personas con factores de riesgo para desarrollar trastornos neurológicos, como personas con antecedentes familiares o personas que llevan un estilo de vida poco saludable.

La Unidad de Prevención Cardiológica tiene como objetivo tratar y prevenir enfermedades del corazón. A través de completos análisis, se evalúa el riesgo de desarrollar o recaer en enfermedades como el infarto, el ictus o los problemas de la circulación arterial. Nuestros médicos especialistas estudian los antecedentes, los hábitos de vida o profesionales, el tipo de alimentación y la práctica del ejercicio, además de realizar análisis genéticos para saber la predisposición a padecer una enfermedad cardiológica y así establecer un perfil clínico predictivo adelantándonse a posibles patologías cardiológicas.

Está dirigido tanto a personas que han padecido un problema cardiaco o vascular, como a aquellas a las que les preocupa el riesgo de llegar a sufrirlo.

Algunas de las actividades que se incluyen en la unidad son:

• Evaluación del riesgo cardiovascular: mediante la realización de pruebas como análisis de sangre, electrocardiogramas, pruebas de esfuerzo y estudios de imagen del corazón, se puede determinar el riesgo de sufrir enfermedades cardíacas.
• Consejos sobre hábitos saludables: ofrece información sobre una alimentación saludable, actividad física, manejo del estrés y otros hábitos que pueden ayudar a reducir el riesgo de enfermedades cardíacas.
• Tratamiento médico: prescribe medicamentos para reducir el colesterol, controlar la presión arterial y tratar otras afecciones médicas que aumentan el riesgo de enfermedades cardíacas.
• Programas de rehabilitación cardíaca: ofrece programas de ejercicio y terapia física para personas que han sufrido un infarto de miocardio o han sido sometidas a una cirugía cardíaca.

Las enfermedades cardiovasculares (ictus, demencia de origen vascular, infarto de miocardio, angina de pecho, insuficiencia cardiaca, aneurisma de aorta e isquemia de miembros inferiores) son la primera causa de muerte y discapacidad en los países industrializados. Sin embargo, la mayoría de ellas son prevenibles. Diversos factores genéticos y ambientales contribuyen a su desarrollo, en general a través de la presencia de los denominados factores de riesgo, como son la hipertensión, la obesidad, la diabetes, el tabaquismo, la concentración elevada de colesterol, los niveles elevados de triglicéridos y el síndrome metabólico. Estos mismos factores también se asocian con el desarrollo de numerosas enfermedades crónicas, como la demencia o la insuficiencia renal, y con un mayor riesgo de mortalidad prematura.

Las Unidades de Riesgo Vascular están dirigidas a identificar y tratar de forma óptima e integral estos y otros factores de riesgo, permitiendo así disponer de una vida más larga, más sana y con una mayor calidad.

Son candidatos a seguimiento en una Unidad de Riesgo Vascular aquellas personas que ya presentan algún factor que les ponga en riesgo de padecer complicaciones vasculares futuras (como las personas con obesidad, sedentarismo, estrés laboral, diabetes, tabaquismo, hipertensión arterial o personas con elevación del colesterol), las personas con familiares cercanos que hayan presentado complicaciones vasculares previas (ictus, infartos, falta de riego a las piernas, etc.) o aquellas personas que ya padecen alguna enfermedad vascular y desean evitar una nueva complicación en el futuro.